La Librería Universitaria se enfrenta  a retos tales como la baja en la demanda de libros; la competencia que hacen las copiadoras de textos y el cambio en los porcentajes de devolución que las casas editoras exigen por los libros otorgados a consignación.

El licenciado Antonino Villarreal, director de La Librería Universitaria, señaló que el establecimiento ha tenido que diversificarse vendiendo útiles para los estudiantes, souvenirs y golosinas.

“Ofrecemos todo lo que necesita un estudiante como: páginas, cartulinas o libretas”, explicó.

En el presente, la rebaja de las copias ha generado una disminución drástica en la compra de libros, pues los estudiantes reproducen las páginas de los capítulos necesarios para su clase y no invierten en los textos, dijo Villarreal.

Además el Sistema de Bibliotecas Universitarias de la Unachi (Sibiunachi) ofrece una gran cantidad de textos virtuales para la investigación.

“Al final sale más caro reproducir todo el libro y el problema es que cuando el estudiante se convierte en profesional no tiene textos de referencia o consulta”, declaró Villarreal.

Hay áreas como la de ciencias, enfermería y medicina que sí piden a los estudiantes que tengan literatura, pero otras dejan a libre decisión de los alumnos el tener bibliografía de consulta o no.

Las casas editoras para dar libros a consignación están exigiendo a las distribuidoras un porcentaje bajo de devolución y alto en ventas. Las distribuidoras entonces están trayendo más textos escolares que libros para enseñanza superior,  con lo que el recibir libros a consignación se hace más difícil.

Villarreal señaló que la magíster Etelvina Medianero de Bonagas respalda a la Biblioteca Universitaria en la diversificación, para lograr que esta siga vigente.